Bando de garcillas bueyeras (Bubulcus ibis) sobrevolando al atardecer la laguna de El Raso (Velilla de San Antón, Madrid) con rumbo hacia su dormidero. |
Se escapan las últimas gotas de verano y las ardéidas abandonan sus colonias de cría. Algunas especies como la garcilla bueyera (Bubulcus ibis) se concentrarán cada noche de otoño e invierno en densos dormideros para protegerse de los depredadores. Estos dormideros a veces son mixtos, compartidos con otras especies de garzas o incluso con cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo). Aquella tarde pasaron volando hacia el Norte unas 500 garcillas bueyeras en poco menos de media hora.