miércoles, 15 de septiembre de 2010

Naturaleza ahogada

Piscinas naturales de Valdastillas en el valle del Jerte (Cáceres) 

A veces no es fácil conjugar uso y disfrute del medio natural con su conservación. El debate es, sin duda, amplio y complejo. Pero creo que debe haber un mínimo sentido común que a veces no se utiliza. Yo entiendo que en la gestión del medio natural, éste debe seguir siendo... natural. Parece de perogrullo pero el caso de las piscinas naturales ilustra muy bien un hecho preocupante: el ser humano se ha desvinculado tanto de su hábitat que ya no se siente cómodo  fuera de las ciudades.

En la fotografía se ve lo poco que queda de la garganta del Bonal a su paso por el área recreativa de la localidad de Valdastillas, en el valle del Jerte. Es un caso evidente de que esta sociedad cada vez necesita que el medio natural sea más artificial para disfrutar de él.

Personalmente, no veo gran diferencia entre esta piscina "natural" y una piscina olímpica en un polideportivo. Salvo, quizás, por el pequeño detalle de que el río ha sufrido un daño irreparable. El hormigonado del lecho y de las márgenes impide el desarrollo de vegetación natural. Peor aún, la plantación de especies exóticas como la catalpa que se observa en primer plano generan nuevos problemas para la biodiversidad. La fauna fluvial, adaptada a un ecosistema de aguas fluyentes, desaparece al transformarse en uno de aguas estancadas. Además, ningún organismo acuático puede desplazarse longitudinalmente a lo largo del sistema fluvial por el efecto barrera creado. A esto hay que sumarle efectos más complejos como cambios en la dinámica de erosión, transporte, sedimentación e inundación que no se aprecian a corto plazo pero que son de gran importancia para el funcionamiento ecológico del río y que pueden tener consecuencias socioeconómicas nada despreciables.

¿Y qué opinan los bañistas, principales actores de esta película? Pues no se sabe, porque la piscina, que tenía un aspecto lamentable, estaba sumida en un sepulcral silencio a pesar de ser una asfixiante tarde de finales de verano. El mismo silencio al que se había sumado el murmullo de las aguas.

 Escorpión (Buthus occitanus) ahogado en un depósito para riego
de cerezos en la garganta de Bonal (valle del Jerte, Cáceres) 

Otro problema grave de conservación tristemente común en nuestros campos es el que acontece en multitud de canales, balsas de riego, depósitos y otras infraestructuras de almacenamiento de agua para riego que no tienen mecanismos de escape para la fauna que cae en ellos. Así, es muy común, que en estos sumideros de vida, perezcan pequeños vertebrados y multitud de invertebrados e incluso carnívoros y grandes ungulados cuando se trata de grandes canales. En los pocos depósitos de agua a los que nos asomamos en un corto paseo por los cultivos de Cerezos de la garganta de Bonal descubrimos una culebra bastarda (Malpolon monspessulanum), dos escorpiones (Buthus occitanus) de gran tamaño y dos ranas comunes (Rana perezi) vivas, pero incapaces de salir y difíciles de evacuar sin quedarse atrapado uno mismo.

En la Región Mediterránea, estas infraestructuras son verdaderamente letales porque en verano pueden suponer el único punto de agua en centenares de metros a la redonda por lo que son un reclamo muy fuerte para anfibios u otros animales que se reproduzcan en el agua así como para los que acuden a beber. Normalmente, es un problema que se puede solucionar con medidas sencillas y baratas pero sólo se pone remedio a los casos más llamativos. Una vez más, es imprescindible la participación y voluntad de los propios agricultores y ganaderos y de las administraciones locales actuando, denunciando y  proponiendo medidas sobre el terreno.

  Culebra bastarda (Malpolon mospessulanum) hallada muerta en un camino.
Valle del Jerte (Cáceres) 

Esta otra culebra bastarda de pequeño tamaño fue hallada en un camino con una herida en la región ventral. ¿Atacada por un águila culebrera (Circaetus gallicus) que rondaba por el valle?


Lestes sponsa en la cascada Caozo (Valle del Jerte, Cáceres)


Pero mejor terminar con un buen sabor de boca. No porque este caballito del diablo se coma sino porque es uno de los más bellos de nuestros odonatos. Y esta vez sí, vivo y coleando. 

1 comentario:

  1. Viendo las fotos del valle y del agua me acuerdo de otra imagen que me impactó hace poco tiempo. Los bidones y sacos de herbicida y pesticida vacío y abandonados dentro de los aljibes de riego.
    En el Valle del Jerte se abusa de los químicos y eso está creando problemas.
    Es una práctica habitual en el valle el abandono de envases en los huertos, cunetas e incluso depósitos de riego y pilones.

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