miércoles, 29 de abril de 2015

Parque Natural de las Sierras de Cardeña y Montoro


El Parque Natural de las SIerras de Cardeña y Montoro se encuentra en la provincia de Córdoba, en la solana de Sierra Morena, y es limítrofe al Parque Natural de la Sierra de Andújar en Jaén y al Parque Natural del Valle de Alcudia en Ciudad Real. Estos tres parques forman un triángulo de características únicas para la biodiversidad europea pues es el único enclave en el que coexisten lince ibérico, lobo y águila imperial. Nosotros no tuvimos suerte y no vimos a ninguna de estas tres especies pero a cambio disfrutamos de la plenitud primaveral de Sierra Morena. 

Flor de estepa ne gra o jara negra (Cistus salviifolius) en las proximidades de Venta del Charco


Ombligo de Venus (Umbilicus rupestris) creciendo sobre un murete de piedra

El escarabajo de sudario (Oxythyrea funesta) es una especie florícola que constituye un problema para las explotaciones vitivinícolas al atacar las flores de la parra impidiendo el desarrollo de las uvas

El nazareno (Muscari comosum) es una sorprendente flor de la famillia de las liliáceas

La olivilla o salvia amarga (Teucrium fruticans) es un arbusto mediterráneo muy termófilo, que en la península Ibérica se distribuye por el cálido suroeste andaluz y que apenas sobrepasa Sierra Morena en algunos valles resguardados. Estas plantas del norte de Córdoba y sur de Ciudad Real se encuentran en el límite de distribución septentrional de la especie en la Península. Las flores del género Teucrium son muy singulares pues solo conservan bien desarrollado uno de los cinco pétalos característicos de las labiadas, familia a la que pertenecen, si bien, éste alcanza un tamaño y colorido espectacular. 

La flor de la estepa blanca (Cistus albidus) es muy efímera, apenas dura unas horas pero su atractivo es irresistible para numerosos grupos de insectos polinizadores generalistas que pertenecen a varios órdenes diferentes: himenópteros, coleópteros, dípteros

Al contrario que esta orquídea (Orchis champagneuxii), cuyo diseño floral está diseñado específicamente para atraer a un reducido grupo de polinizadores concretos 

Escarabajo pelotero (Scarabeus semipunctatus) en Cardeña formando un bolo en una boñiga de caballo. Los escarabajos peloteros tienen un diseño altamente especializado para realizar su ciclo vital dependiente de excrementos de grandes herbívoros. Las patas posteriores son muy largas y finas y son las que dan forma al bolo mientras que las delanteras son cortas fuertes y aserradas y sujetan al animal mientras trabaja con las patas posteriores, cortan y amontonan el estiércol y sirven además para excavar galerías.

Dehesa de encinas cerca de Azuel. La dehesa es el ecosistema más abundante del parque natural ocupando alrededor del 40% de su superficie. Es una de las muchas especies de quercíneas de este espacio natural junto a la que conviven el alcornoque, la coscoja, el quejigo y el melojo.


lunes, 20 de abril de 2015

Bienvenido a casa... de nuevo


El ibis eremita (Geronticus eremita) es un ave sociable característica de ecosistemas subdesérticos que cría en colonias en acantilados o cortados. Se alimenta principalmente de invertebrados, sobre todo caracoles, saltamontes, lombrices, escorpiones y en ocasiones de pequeños vertebrados, como lagartijas, eslizones o anfibios. Las técnicas de caza que emplean los eremitas son bastante rústicas, rastreando el terreno en grupos y valiéndose del largo pico para buscar bajo las piedras o en estrechos recovecos y galerías.

Los ibis eremita comienzan a construir sus nidos al final de invierno, en inaccesibles cantiles o cortados y realizan las puestas en marzo o abril, generalmente de 2 a 4 pollos. Los pollos nacen tras un mes de incubación en el que participan ambos sexos, así como en el cuidado de los pollos, que abandonan el nido al mes y medio de nacer.


Pareja de ibis eremita realizando el display nupcial

Se trata de una especie de distribución circunmediterránea, es decir que originalmente nidificaba en diversos países ribereños del Mar Mediterráneo siendo un ave muy presente en multitud de representaciones artísticas de las primeras culturas de su cuenca, como la egipcia.

El ibis eremita es una de las especies más amenazadas de extinción del planeta que en los últimos siglos ha sufrido un declive vertiginoso, especialmente terrible en el siglo XX. Se cree que ya en el siglo XVI desapareció de la península Ibérica. En el año 1.900 se estima que sólo quedaban 10.000 ejemplares y un siglo después ya sólo quedaban apenas 400 entre Turquía y Marruecos. En 1989 se extinguió la población turca y en el año 2000 apenas permanecían 70 parejas en su medio natural, unos 250 ejemplares en 2 colonias en Marruecos, aunque en el año 2005 se encontraron 3 parejas reproductoras en Siria.  


Ibis eremita adulto en la colonia de la Barca de Vejer (Cádiz)

Las principales causas de su declive están vinculadas al deterioro de los hábitats esteparios y a la intensificación de la agricultura pues se piensa que se ha visto afectada sobre todo por el uso de pesticidas y por la pérdida de hábitats de alimentación, a lo que habría que sumar, desde luego, la persecución directa por el hombre.


Ibis eremita en el cortado en el que se encuentra actualmente la mayor colonia de nidificación en España

El Grupo Internacional de Expertos en el Ibis Eremita determinó en el año 1999 que era necesario emprender un programa de cría en cautividad para la especie y posterior reintroducción en su hábitat natural como medida necesaria para aumentar el área de distribución y el tamaño poblacional de los eremitas.

Al programa de cría en cautividad del ibis eremita se sumó el Zoobotánico de Jerez, que que por aquel entonces ya contaba con una colonia de más de 50 aves y más de 12 años de experiencia en la cría en cautividad de la especie. Allí se realizó la crianza de los jóvenes ibis a mano evitando la impronta humana y posteriormente se realizó un periodo de adaptación en un aviario ubicado en la costa gaditana, al sur de la sierra del Retín.

En 2004 se realizaron las primeras sueltas. Las aves liberadas comenzaron a realizar movimientos dispersivos, llegando incluso algunas a contactar con las colonias marroquíes. En el año 2008 se produjo, después de 500 años, la primera reproducción en libertad del ibis eremita en España, en el Tajo de Barbate en Cádiz. Los ibis volvieron a criar en años sucesivos en este enclave pero poco a poco, la reproducción se fue asentando en otro cortado del interior de la provincia, la Barca de Vejer, donde han llegado a nidificar hasta 23 parejas, aunque poco a poco van surgiendo nuevos enclaves.

Ibis eremita acopiando materia vegetal al nido

Datos procedentes del Proyecto Eremita. Más información http://www.zoobotanicojerez.com/index.php?id=1784