lunes, 20 de abril de 2015

Bienvenido a casa... de nuevo


El ibis eremita (Geronticus eremita) es un ave sociable característica de ecosistemas subdesérticos que cría en colonias en acantilados o cortados. Se alimenta principalmente de invertebrados, sobre todo caracoles, saltamontes, lombrices, escorpiones y en ocasiones de pequeños vertebrados, como lagartijas, eslizones o anfibios. Las técnicas de caza que emplean los eremitas son bastante rústicas, rastreando el terreno en grupos y valiéndose del largo pico para buscar bajo las piedras o en estrechos recovecos y galerías.

Los ibis eremita comienzan a construir sus nidos al final de invierno, en inaccesibles cantiles o cortados y realizan las puestas en marzo o abril, generalmente de 2 a 4 pollos. Los pollos nacen tras un mes de incubación en el que participan ambos sexos, así como en el cuidado de los pollos, que abandonan el nido al mes y medio de nacer.


Pareja de ibis eremita realizando el display nupcial

Se trata de una especie de distribución circunmediterránea, es decir que originalmente nidificaba en diversos países ribereños del Mar Mediterráneo siendo un ave muy presente en multitud de representaciones artísticas de las primeras culturas de su cuenca, como la egipcia.

El ibis eremita es una de las especies más amenazadas de extinción del planeta que en los últimos siglos ha sufrido un declive vertiginoso, especialmente terrible en el siglo XX. Se cree que ya en el siglo XVI desapareció de la península Ibérica. En el año 1.900 se estima que sólo quedaban 10.000 ejemplares y un siglo después ya sólo quedaban apenas 400 entre Turquía y Marruecos. En 1989 se extinguió la población turca y en el año 2000 apenas permanecían 70 parejas en su medio natural, unos 250 ejemplares en 2 colonias en Marruecos, aunque en el año 2005 se encontraron 3 parejas reproductoras en Siria.  


Ibis eremita adulto en la colonia de la Barca de Vejer (Cádiz)

Las principales causas de su declive están vinculadas al deterioro de los hábitats esteparios y a la intensificación de la agricultura pues se piensa que se ha visto afectada sobre todo por el uso de pesticidas y por la pérdida de hábitats de alimentación, a lo que habría que sumar, desde luego, la persecución directa por el hombre.


Ibis eremita en el cortado en el que se encuentra actualmente la mayor colonia de nidificación en España

El Grupo Internacional de Expertos en el Ibis Eremita determinó en el año 1999 que era necesario emprender un programa de cría en cautividad para la especie y posterior reintroducción en su hábitat natural como medida necesaria para aumentar el área de distribución y el tamaño poblacional de los eremitas.

Al programa de cría en cautividad del ibis eremita se sumó el Zoobotánico de Jerez, que que por aquel entonces ya contaba con una colonia de más de 50 aves y más de 12 años de experiencia en la cría en cautividad de la especie. Allí se realizó la crianza de los jóvenes ibis a mano evitando la impronta humana y posteriormente se realizó un periodo de adaptación en un aviario ubicado en la costa gaditana, al sur de la sierra del Retín.

En 2004 se realizaron las primeras sueltas. Las aves liberadas comenzaron a realizar movimientos dispersivos, llegando incluso algunas a contactar con las colonias marroquíes. En el año 2008 se produjo, después de 500 años, la primera reproducción en libertad del ibis eremita en España, en el Tajo de Barbate en Cádiz. Los ibis volvieron a criar en años sucesivos en este enclave pero poco a poco, la reproducción se fue asentando en otro cortado del interior de la provincia, la Barca de Vejer, donde han llegado a nidificar hasta 23 parejas, aunque poco a poco van surgiendo nuevos enclaves.

Ibis eremita acopiando materia vegetal al nido

Datos procedentes del Proyecto Eremita. Más información http://www.zoobotanicojerez.com/index.php?id=1784

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