domingo, 15 de septiembre de 2013

Extractos de mi diario de viaje del macizo del Mont Blanc


"En un terreno despellejado, roto y caótico, la tremenda pared de la aiguille du Midi y el espectáculo que ofrece el glaciar de Bossons son las notas predominantes."



El glaciar de Bossons se precipita sobre el valle de Arly desde altitudes cercanas a los 4.000 metros. Esta fotografía fue tomada al atardecer desde el refugio de los Cósmicos, a 3.613 metros.


"Yo confiaba en que mi dolor de cabeza, penetrante y ya en su punto álgido, desaparecería con el reconfortante sueño. No obstante, tenía el corazón acelerado, una terrible sensación de frío-calor y un poco de mareo, y parecía que en los pocos momentos en los que conciliaba el sueño no servían para nada pues mi cabeza estaba a punto de estallar como un globo. Evidentemente, estaba sufriendo mal de altura."



La cara Norte del Dôme du Goûter desde el refugio de los Cósmicos. 


"La visión de las Grandes Jorasses ¡por fin la punta Walker!, del Deant du Géant, de las agujas de Chamonix, de los glaciares inmensos y de los tres gigantes (Mont Blanc, Mont Maudit y Tacul) es sencillamente, cautivadora y magnética."



La mítica punta Walker, de 4.208 metros, cumbre cimera de las no menos mítcias Grandes Jorasses se eleva sobre el glaciar de Géant.


"La nieve volvía a estar perfecta para cramponear y las extraordinarias horas a las que subíamos por la arista de los Cósmicos, que nos hacían evitar cualquier embotellamiento, convirtieron la subida en una fantástica travesía glaciar, tan solitaria como esplendorosa por la luz del amanecer que se filtraba a través de las agujas de Chamonix."



Las Grandes Jorasses, donde destacan la punta Walker a la izquierda y el Dent du Géant a la derecha, desde la arista de los Cósmicos. 


"En medio de tanta emoción, llegamos a la destartalada estación de Pointe Helbronner que no tiene ni aseos. Bienvenidos a Italia."



El Gran Capucin es un colosal torreón rocoso que se eleva sobre el glaciar de Géant en las proximidades del Mont Maudit.


"Para quedar impresionados del todo aparecen el Mont Maudit y el Mont Blanc dejando ver sus angulosas aristas de la cara Sur del macizo, poco tienen que ver con la redondeada cúpula nevada de la cara Norte y el Gran Capuchin y las aiguilles du Diable, una espeluznante procesión de agujas, cada cual más afilada, tétrica y peligrosa que la anterior. Por último el Dent du Géant y su cara Sur extraplomada."
































La terrorífica cara extraplomada del Diente del Gigante (Dent du Géant) desde el rifuggio Torino en la vertiente italiana del macizo del Mont Blanc. 


"A pesar de nuestra situación, disfrutamos de una magnífica cena en el Torino desde cuya terraza, además, vi un bonito crepúsculo que tiñó el cielo de añil, apagando suavemente las siluetas del Mont Blanc, del Maudit, del Dent du Géant, del glaciar de la Brenva, de la oscura aiguille Noire de Peuterey y de otros ilustres más lejanos como el Cervino y el Gran Paradiso, que conquistamos hace 5 años."
































La oscura aiguille Noire de Peuterey, las tres puntiagudas Dames des Anglaises y el mazacote rocoso de la 
aiguille Blanche de Peuterey desde el rifuggio Torino.


"El intento de subir al Tacul murió antes de nacer. Nos levantamos a las 5:00 h y, esta vez fuimos sorprendentemente rápidos para nuestra media. Antes de las 7:00 h estábamos en Pointe Helbronner y el primer teleférico salía hacia la aiguille du Midi a las 7:30 h. Pero aquí acabaron mis esperanzas. Una avería en el teleférico provocó que no saliéramos hasta las 8:15 h.  Demasiado duro para nuestro ya maltrecho ánimo. Colgado en pleno glaciar du Géant, asumí que no quería ni intentarlo."






























La cara Este del Mont Maudit, de 4.465 m, visto desde el corazón del glaciar du Géant.


"El glaciar de Géant, inmenso, bestialidad natural, casi parece un glaciar de superficie de los Polos. Algunas de sus grietas que sobrevolamos podían tener fácilmente 12 metros de profundidad y 5 de anchura. Numerosas cordadas atraviesan el glaciar como minúsculas hormigas perdidas en la inmensidad haciéndonos añorar lo que nos estábamos perdiendo ahí abajo."



























Fantasmagóricas grietas en el glaciar du Géant. 


"Estábamos completamente solos. Si alguien nos hubiera observado en ese momento habría visto a tres pobres diablos exhaustos pero sonrientes por el espectáculo que se desplegaba ante sus ojos. El mundo de roca que dejábamos atrás en la arista, daba paso a un mundo glaciar, cegador, irreal que acariciado por la niebla era casi un sueño estando despiertos. La fachada Norte del Dôme du Goûter era una incalculable masa de hielo que, poco a poco, reptaba hacia abajo hasta desaparecer en las raíces de los glaciares de Taconnaz y Bossons al Sur. Sus ingentes torres de nieve y hielo se desmoronan en puntos dispersos dando lugar a unos gigantescos séracs, alguno de los cuales parecía haberse desprendido recientemente."






























Los séracs de la cara norte del Dôme du Goûter, en la cabecera del glaciar de Taconnaz. 


"Superado el refugio Vallot, a las 5:00 h de la mañana, empezaron a sucederse los acontecimientos. Por un lado, empezaban a intuirse las primeras luces del amanecer que en poco tiempo cambiarían la percepción de la ascensión."































Amanece sobre el macizo del Mont Blanc al poco de pasar las 5 de la madrugada. 


"No obstante, todas las penurias las olvidamos automáticamente cuando vimos salir el Sol sobre las agujas de Chamonix iluminando la afilada cima del Mont Maudit y los indescriptibles séracs de la cara Norte del Mont Blanc."






























Séracs de la cara Norte del Mont Blanc bañados por los primeros rayos del madrugador Sol de los Alpes.  


"Pero la cumbre estaba ahí mismo. Fueron momentos de mucha emoción porque sabíamos que lo íbamos a conseguir y sólo quedaba ascender viviendo apasionadamente cada detalle. La sombra del Mont Blanc se proyectaba como una gigantesca pirámide sobre los verdes y lejanos valles."






























La gigantesca sombra del Mont Blanc se proyecta sobre el valle de Arly. 


"A las 6:50 h llegamos a la cumbre del Mont Blanc, a 4.808 m de altitud. Intuyo que si no lloramos fue porque las lágrimas no pueden materializarse a estas temperaturas. Gracias, Alberto, por acompañarme tan alto como nunca."































Desde la cima del Mont Blanc (4.808 m) se ve al completo la ruta de los Cuatromiles que comienza en la aiguille du Midi (izquierda), a 3.842 m y pasa por el Mont Blanc du Tacul (derecha) de 4.248 m y el Mont Maudit (centro), de 4.465 m antes de culminar en el techo de los Alpes. Al fondo destaca la aiguille Verte (4.122 m).


"El frío era inaguantable por lo que no pasamos más de 15 minutos en la cima. Por delante nos esperaban más de 2.500 metros de desnivel hasta el Nid d´Aigle. El día no había hecho sino comenzar, en sentido literal y figurado."
































El Cervino (izquierda, ¿hacía falta decirlo?) y el Monte Rosa (derecha) desde la cima del Mont Blanc. 


"La vuelta por la arista de les Bosses fue más comprometida que la ascensión debido a las cordadas que subían, que, sin llegar a plantear un ambiente desagradable, nos obligaban a pararnos soportando estoicamente el frío o a realizar cruces en espacios muy reducidos."
































Cara Oeste del Mont Maudit desde la arista de les Bosses.


"El frío fue disminuyendo y el espectáculo paisajístico aumentando. Espectaculares el Mont Maudit, el Tacul, los séracs del Mont Blanc, el contraste de los glaciares con los valles brillantes. Allá abajo, la aiguille Verte, les Drus o la aiguille du Midi parecían simples juguetes." 
































Singulares séracs en el Dôme du Goûter. 


"La aiguille du Bionnassey nos cautivó con su afilada arista cimera y sus séracs colgados que parecían a punto de desplomarse."































La imponente aiguille du Bionnassey, de 4.052 metros, desde el Dôme du Goûter. 


Esta mariposa es junto con las chovas piquigualdas (Pyrrhocorax graculus) y la saxífraga púrpura (Saxifraga oppositifolia), las únicas formas de vida que uno se encuentra en el macizo del Mont Blanc por encima de 3.500 metros."  





























Ortiguera (Aglais urticae) en la arista de Goûter. 


A las 20:30 h empezamos el doloroso regreso a Madrid, justo a tiempo para ver el Mont Blanc emerger entre las nubes, fugazmente, como para darnos el último adiós."


El Mont Blanc visto desde las calles de Chamonix.