domingo, 17 de febrero de 2013

Primavera en la otra esquina



Espectacular floración de los fresnos (Fraxinus angustifolia) de la rampa serrana cuyas flores aparecen antes que las hojas.

Este es un detalle de las incipientes flores de los fresnos, de carácter rudimentario, sin perianto (cáliz y corola), tan sólo provistas de 2 o 3 estambres y un carpelo, cuyo estigma oscuro sobresale entre los estambres sustentado por un largo estilo. Estas flores tan poco vistosas, no requieren llamativas estructuras reproductoras pues el viento es el agente que dispersará el polen contenido en los estambres.

Un macho de carbonero común (Parus major) se para un instante antes de proseguir su inquieto tránsito por el melojar de La Herrería. La corbata negra que caracteriza a esta especie es considerablemente más ancha en los machos que en las hembras lo que permite su diferenciación sexual.

Macho de carbonero común posado en un endrino (Prunus spinosa) en La Herrería donde estuvo cantando insistentemente. A pesar de la temprana fecha, los carboneros comunes se encontraban muy activos sexualmente. Son aves muy prolíficas que pueden tener varias puestas en un año.

Una corneja negra (Corvus corone) realiza su display de exhibición sexual en el collado de Entrecabezas (Las Machotas) que consiste en emitir unos graznidos trompeteros acompañados de contoneos sucesivos de las alas y de la cola.

El Risco del Fraile, en la cuerda de la Machota Alta, es una singular formación granítica que de alguna manera recuerda a un encapuchado fraile (en segundo plano). Al fondo se aprecian las cumbres nevadas de la Maliciosa y Cuerda Larga.

Una hembra de pico picapinos (Dendrocopos major) inspecciona minuciosamente una rama de un melojo cerca de la falda de la Machota Alta. Aunque estas aves están estrechamente ligadas a los pinares, no desdeñan otras formaciones boscosas como encinares, melojares, fresnedas, hayedos o robledales, siempre que sean ricos en las larvas xilófagas que constituyen el principal componente de su dieta.

Un avellano (Corylus avellana) muestra su aspecto más fascinante en plena floración, cuando los amentos (inflorescencias) masculinos cubren las ramas del arbolillo aún desprovistas de hojas. El avellano es una de las especies leñosas características de climas más húmedos que hacen de La Herrería un enclave botánico de gran singularidad.


Un macho de herrerillo común (Parus caeruleus) recorre arriba y abajo el tronco de un melojo en busca de los pequeños insectos que le sirven como presas. Las aves insectívoras recurren en los duros inviernos mediterráneos de clima continental a las larvas de insectos xilófagos que pasan la temporada invernal como larvas debajo de la corteza de los árboles por lo que no es infrecuente ver a estas aves levantar su corteza con su pico.


El trepador azul (Sitta europaea) es un ave pequeña y abundante, cualidades que no impiden que sea una especie sorprendente. Tiene una capacidad asombrosa para moverse en vertical e incluso bocabajo en los troncos de los árboles gracias a sus poderosas patas y uñas. Al contrario que los picos y los agateadores no apoya la cola para ayudarse a trepar por lo troncos.

lunes, 11 de febrero de 2013

Fantasma


Una garza real adulta (Ardea cinerea) se desliza silenciosa sobre el agua atrapando los últimos resquicios de luminosidad del crepúsculo justo antes de posarse es su dormidero en el embalse de Molino de la Hoz (Las Rozas). A menudo, las ardéidas forman grandes dormideros en invierno a orillas de ríos, lagunas y embalses en los que suelen ocupar grandes chopos, fresnos o sauces. Estos dormideros pueden ser mixtos, es decir, que en ellos conviven garzas de distintas especies. Y en algunas ocasiones, las garzas comparten "motel" con aves de otros grupos taxonómicos. La garza real fotografiada, por ejemplo, fue a parar a un viejo álamo blanco donde no pasaba desapercibida entre una treintena de cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo).