domingo, 18 de noviembre de 2012

Impresiones otoñales de Guadarrama

 Cabecera del valle del río Guadalix, con el dorado melojar de Miraflores de la Sierra en la parte inferior de la imagen y la cumbre nevada de la Najarra, pico más oriental de la Cuerda Larga, medio escondida entre la niebla.



Mycena seynii es una seta muy particular de la sierra de Guadarrama porque su micelio se desarrolla en el interior de las piñas caídas. Este grupo completamente escarchado fue fotografiado en el puerto de la Morcuera.


 Hojas de fresno (Fraxinus angustifolia) tapizan las laderas del valle del arroyo de Santa Ana, en la sierra de la Morcuera. 


 Aspecto otoñal de los Altos del Hontanar, en primer plano a la derecha, donde se hace notar el color dorado de fresnedas y melojares. Al fondo, cubiertos por las nubes, los Montes Carpetanos delimitan el valle del Lozoya del que se puede ver el embalse de Pinilla.



Hypholoma sublateritium es una seta venenosa que crece en la Comunidad de Madrid fundamentalmente en tocones de melojo (Quercus pyrenaica), como el grupo fotografiado en el melojar de Miraflores de la Sierra. Hay tres especies del género Hypholoma en la sierra de Guadarrama, todas ellas caracterizadas por crecer en grupos compactos (fascículos). H. capnoides es la única comestible y se distingue por su coloración más apagada en el sombrero y sobre todo porque sus láminas son amarillentas, nunca amarillo verdoso -verde oliva en la madurez- como en H.sublateritium o en la tercera en discordia, H. fasciculare que presenta caracteres intermedios en la coloración de sombrero y láminas.





























Tremella mesenterica es un hongo de aspecto gelatinoso y de indudable vistosidad que crece en madera muerta de planifolios, en esta caso, nuevamente, sobre un tronco caído de melojo en Miraflores de la Sierra.
























 

Un primer plano de esta singular especie.



Multitud de pequeños hongos de la especie Trametes hirsuta rellenan los intersticios de la corteza de un pino silvestre (Pinus sylvestris) en el valle del río Guadalix. Con la escasa luz del atardecer los blancos márgenes de los discos destacan en la noche como siniestras dentaduras.